La vuelta al cole está a la vuelta de la esquina. No hay duda de que las herramientas con las que cuentan los estudiantes actuales son mucho más avanzadas que las de hace años: el acceso a la información y el conocimiento es instantáneo, lo que les permite aprender de manera autónoma, interactiva y con recursos prácticamente ilimitados.

Y aquí se enmarca uno de los debates actuales más importantes: ¿es mejor estudiar con papel o con un dispositivo digital, por ejemplo una tablet? Hay defensores y detractores de ambos formatos, y hay quien cree que lo mejor es usar un método híbrido; incluso algunos colegios que habían desterrado el libro físico para dar el salto a lo digital están volviendo al papel.

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Ventajas de estudiar con libros en papel

Los defensores del papel argumentan que leer en un libro físico favorece la concentración y la retención a largo plazo. La experiencia es multisensorial, gracias al tacto de las páginas, la referencia espacial de dónde está un párrafo dentro del libro o incluso el olor característico generan un contexto de aprendizaje más profundo.

Diversos estudios han demostrado que los estudiantes que leen en papel suelen obtener mejores resultados en pruebas de comprensión lectora. Una investigación de la Universidad de Stavanger (Noruega) concluyó que los alumnos que estudiaban en papel recordaban con mayor precisión los detalles de un texto que aquellos que lo leían en digital. La explicación apunta a que el papel ayuda a situar la información en un espacio físico, lo que se traduce en una memoria más estructurada.

Ventajas de estudiar con libros digitales

Sin embargo, nadie puede negar las ventajas del formato digital. Llevar una tablet o un portátil es como tener una biblioteca entera literalmente al alcance de la mano. La portabilidad, la posibilidad de hacer búsquedas al instante o añadir notas en segundos hacen que estudiar en digital sea más rápido y eficiente en muchos contextos.

Para estudiantes universitarios o de posgrado, esta flexibilidad es invaluable. Poder consultar varios libros al mismo tiempo, subrayar sin estropear el material y acceder a artículos o manuales desde cualquier parte elimina barreras físicas y económicas. A diferencia del papel, las herramientas digitales permiten adaptar el tamaño del texto, cambiar la tipografía o incluso escuchar libros en voz alta, algo especialmente útil para personas con dificultades visuales o de aprendizaje.

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¿Dónde está el equilibrio?

La clave parece estar en el equilibrio. Algunos expertos recomiendan usar el papel para lecturas profundas, que requieren memorizar conceptos clave o preparar exámenes, y recurrir al digital para investigación, consultas rápidas o lecturas más superficiales.

No hay que olvidar que el contexto importa. A un estudiante que repasa para un examen de historia puede venirle mejor el papel para organizar mentalmente los eventos en una línea temporal. En cambio, alguien que investiga para un trabajo académico probablemente encuentre en el digital la herramienta más poderosa para rastrear información dispersa.

¿El futuro será híbrido?

El debate no se resolverá a corto plazo con un ganador absoluto. La realidad apunta más bien a que el futuro será híbrido, donde el papel y el digital convivirán en función de las necesidades. Quizá el reto de las próximas décadas sea integrar lo mejor de ambos mundos, con libros digitales que simulen la experiencia táctil del papel o materiales impresos con códigos interactivos que amplíen la información con un simple escaneo.

Hasta entonces, lo más lógico parece ser adaptar el formato al tipo de estudio que necesitamos hacer. En resumidas cuentas, estudiar bien depende de cómo nos relacionamos con el conocimiento; en eso el soporte importa, pero no lo es todo.

En MASMOVIL sabemos lo importantes que son las herramientas para estudiar. La buena noticia es que ahora contamos con opciones de sobra, por lo que de ti depende elegir la que creas que mejor se adapte a tus métodos de estudio.

Y tú, ¿prefieres estudiar con libros digitales o tradicionales?