El enunciado que define al concepto HTTPS es el de “protocolo de seguridad para la transferencia de datos”. El HTTPS fue creado a finales de la década de 1980 con el objetivo de enviar y recibir archivos en entornos controlados como los laboratorios. Posteriormente y con el paso del tiempo, este protocolo fue evolucionando y adaptándose a los contextos actuales.
Protocolos como estos son muy valorados porque permiten una navegación segura a través de la red evitando problemas. Cuando entran en funcionamiento se activan una serie de mecanismos internos que tienen como finalidad verificar la identidad de los sitios webs a los que se accede.
¿Qué significa HTTPS?
Al mencionar al protocolo HTTPS y qué significa hay que partir de la base de que este término es el acrónimo de Hypertext Transfer Protocol, que en castellano significa protocolo de transferencia de hipertexto. Además, este protocolo funciona con base en una serie de pautas.
- Cuando se abre una página de internet, los navegadores tratan de conectarse a un sitio protegido por un certificado SSL que verifica la identidad de ese sitio web.
- Seguidamente, el navegador solicita al sitio web que se identifique. En ese momento, el servidor envía una copia de su certificado SSL al navegador del usuario.
- Cuando el navegador recibe la copia, analiza si ese sitio web es de confianza y envía un mensaje que lo confirma.
- A continuación, el servidor envía un acuse de recibo en el que aparece una firma digital que hace que se inicie una conexión cifrada.
- Una vez que se han dado todos estos pasos, se produce una transferencia cifrada de datos entre el navegador y el servidor.
¿Para qué sirve el HTTPS?
Al establecer qué es HTTPS y para qué sirve aparece su utilidad más directa que es la de crear un canal encriptado por el que circula información sensible. Aunque en este sentido hay que tener en cuenta que el navegador que se use y el servidor con el que se interactúe repercuten directamente en la encriptación de ese canal. Por el contrario, aparece la ventaja de que no es necesario instalar ningún software adicional.
Otro aspecto positivo del HTTPS es que es compatible con la gran mayoría de navegadores y no guarda contenido en caché. Además, la presencia de este protocolo se hace notar con un pequeño candado que aparece a la izquierda de la dirección web. Ese símbolo indica que la página es segura.